UNA NAVIDAD DIFERENTE. Una navidad sin religión

Con la llegada de SSMM de Oriente, damos por finalizada la Navidad. En nuestra casa, son fechas de celebrar por todo lo alto. Lo vivimos desde un prisma más bien religioso. Explicamos a nuestros hijos porqué celebramos la Nochebuena, porqué vienen los Reyes, y en conmemoración de qué recibimos regalos. Pero no todo el mundo lo vive igual.

Según el último barómetro del CIS de 2018, los españoles ateos o no creyentes representan un 28% de la población. ¿Qué hace ese cuarto de la población en unas festividades de marcado carácter religioso? ¿Cómo viven la Navidad?

Damos por supuesto que todos el mundo celebra igual la Navidad. Al menos yo así lo creía fuera cual fuera su identidad religiosa. Mi abuelo era ateo confeso, y cantaba villancicos siempre. También mi tío abuelo. Nunca me plantee que había familias lo celebrasen de otra manera. Hasta que conocí a Nelia.

Casualidades de este mundo virtual. Un comentario en una de mis fotos desató mi curiosidad. En él me contaba que en su casa eran ateos y que ahora que tenían una hija pequeña, obraban en consecuencia también. Me encantaron sus palabras. Le pedí, si no le importaba, contestar a alguna de mis preguntas sobre cómo vivían la Navidad. Su enfoque es absolutamente respetuoso, integrable en un día a día y lleno de amor. ¡Me ha encantado conocer su testimomio! Aquí os dejo sus respuestas y más abajo su presentación.

¿Cómo enfocar la Navidad sin la perspectiva religiosa?
Nuestro enfoque es el de compartir tiempo en familia, el de compartir con amor. Estos valores no sólo pertenecen al mundo religioso sino que existen en todas las culturas y es bastante fácil integrarlo en estas épocas.

¿Cómo pensáis explicarle a vuestra hija estas fechas según vaya creciendo?

Nosotros le decimos que en nuestra casa los regalos nos los hacemos entre nosotros porque nos queremos, para demostrarnos amor. En otras casas escriben cartas a los Reyes y a Papá Noel y no les decimos que no existen, respetamos la tradición de otras familias. Simplemente nosotros preferimos compartir con ellos el valor de aprender a regalar a un ser querido (necesitas ser empático y ponerte en el lugar del otro) y el valor de apreciar que alguien que te quiere te demuestre su amor con un regalo.
También te digo que limitamos el número de regalos. Solo dos para mi hija y uno para los demás. Para evitar el exceso y la consecuente falta de ilusión.

¿Hay decoración navideña en vuestra casa?

Sí que ponemos árbol. Es lo único que ponemos. De momento la única tradición en la que puede participar. Poco a poco iremos incorporando más. A mi hija le gusta y es un buen lugar en el que poner los regalos.

¿Cómo gestionáis estas fiestas en vuestro entorno social de familia y amigos?
Nosotros le contamos la historia del nacimiento de Jesús como un cuento, como una tradición, que mucha familias hacen suyas. Pero no como una verdad. En nuestra comida familiar hay gente que luego sí va a misa y gente que quiere decirle que sus regalos los traen los Reyes o Papá Noel. Son sus regalos y nosotros lo respetamos. Aunque como te digo en nuestra casa nosotros nos mostramos el amor que nos tenemos haciéndonos nuestros propios regalos.

Entonces, ¿cuál es tu conclusión de estas fiestas?
He estado pensando que lo que me gusta de estas fiestas es dar y recibir amor de las personas que me importan. Y eso es precisamente lo que quiero transmitir a mi hija: el valor de agradecer a quienes te importan que estén ahí. Y estas son unas buenas fechas para eso. .
Mi plan es compartir con ella la compra o manufacturación de regalos pensando en los demás antes que en nosotros. Compartir la ilusión que conlleva preparar los regalos y expresar nuestros sentimientos. Así como recibir ese amor.