Los hijos son el reflejo de los padres. Suena categórico, pero creo que es así en la mayor parte de los casos. Desde que nacen nos observan. Absorben todos nuestros movimientos, nuestros comportamientos y reacciones. Y después, según van creciendo nos imitan. Al llegar a adultos, fusionan nuestro ejemplo con lo que han aprendido por ellos mismos de la vida.
Que somos lo que vemos en nuestra casa, ya debía de saberlo yo de antes de ser madre. Aunque he tardado un poco en darme cuenta. Soy calcadita a mi padre en todos los miedos, veo el peligro y los problemas a 500km a la redonda. No obstante, afortunadamente, también he adquirido la alegría y la capacidad de resolución de mi madre. Así que mi evolución ha sido, heredar la prudencia de mi padre y la felicidad por la vida de mi madre. Sea quizá porque fui hija única, o porque ellos también venían de imitar a sus padres, yo me crié muy protegida. Eso también ha hecho mella en mí. Y por ende, en cómo me comporto con mis hijos.
EL EJEMPLO
El ejemplo es la primera y mejor herramienta de educación que hay. Mejor que el mejor colegio del mundo. Mejor que todas las academias a las que podamos apuntar a nuestros hijos. Nuestro ejemplo es el mejor regalo que podemos hacerles. Tenemos en nuestras manos al adulto que será en el futuro. No debemos perder de vista esa responsabilidad.
Si nosotros nos asustamos, ellos se asustarán. Si nosotros probamos algo, ellos probarán. Verán en nuestro comportamiento, las herramientas para forjar el suyo.
En nuestro ejemplo, salen a relucir nuestros valores. Y lo mejor y peor de nosotros mismos. Nunca había sido tan consciente de la importancia de mi comportamiento hasta que vi cosas en Telmo que no gustaban. Y eran cosas mías. Cosas que yo, sin querer, le había trasladado. Un ejemplo simple: a mí la playa no me gusta. No sé si he llegado a verbalizar esto delante de él. Seguramente, porque no me gusta nada. Pero de repente, hubo una época en la que la playa no la quería ni pisar. Tuve que cambiar mi visión, y hacerle ver que la playa era genial. Muy a mi pesar. Que no soy fan ni de lejos de la arena… Pero vi que mis preferencias, estaban privándole a él de una experiencia muy enriquecedora.
Mi hija, con dos años, se mira al espejo y se retira el pelo de la cara exactamente con el mismo gesto que yo hago todos los días. Es sólo un gesto. Pero ha empezado a imitarme. Si yo me pongo el abrigo y el bolso, ella busca el suyo. Cuando le riño por algo, uso el dedo estilo profesora de los años 20. Un día, le vi reñir así a sus muñecos. Es impresionante cómo con dos años ha imitado mi comportamiento. Asusta.
Y al final, la playa o peinarse delante del espejo, es un ejemplo superficial sobre cómo influye en ellos nuestro comportamiento. Hay cosas más importantes. La de mayor importancia para mí es la de ser fieles en nuestro ejemplo a los valores que queremos transmitir. Y comportarnos acorde a ellos.
LA LECCIÓN DE LOS EJEMPLOS
Somos una mezcla de lo que hemos visto en nuestra casa y lo que hemos aprendido en nuestra vida adulta. Y así serán nuestros hijos. Ya he comentado que por todos los miedos de mis padres, yo me he vuelto hiperprudente. En San Sebastián, han puesto una noria. De 50 metros de altura (nada más). Yo tengo pavor a las alturas abiertas. Los asientos de la noria no están cerrados, es decir, subes a 50 metros sentado en una taza que se balancea.
Desde que la vi, dije que no me montaría. Tengo miedo. Mi marido en cambio, va directo a ese tipo de cosas y esperaba que Telmo se montara con él. Sorprendentemente, él quería que me montara yo. Me dijo «Mamá, tengo miedo. Pero si tú te montas, me monto yo». Me tuve que montar. Y me monté por dos motivos. El primero, enseñarle que hay que hacer cosas por los demás, por los que queremos. En segundo lugar, hacerle ver que a veces, con prudencia, se puede vencer el miedo.
¿QUÉ ES ESENCIAL?
Para mí, lo esencial con mis hijos es transmitirles valores que les hagan mejores personas. Sobre lo que les quiero transmitir, y nuestros valores, tengo a medias un post que espero publicar pronto. Pero empiezan por nuestro ejemplo. Ser padre te hace mejor persona, especialmente, porque te conviertes en el espejo en el que se miran tus hijos.
Mimitosenelcaos
diciembre 13, 2018Yo el tema noria lo habría llevado bastante mal 😵 pero te entiendo con lo del ejemplo. Cuando trabajaba de maestra a veces veía que mis peques me imitaban en cosas que no me gustaban para nada… los niños son esponjas inconscientes. Hay que estar súper atento! Pero también es bueno porqué mi hija de 18 meses es súper ordebada! Más por lo que ve que por lo que le pido que haga
@elisa_mamasuperplus
diciembre 17, 2018¡Qué suerte! A ver si cuando crece es igual jajaja!! El ejemplo es fundamental… nos imitan en todo.
Un abrazo!!!
Elisa
Patry
diciembre 20, 2018Me he gustado mucho el post y estoy totalmente de acuerdo en que el ejemplo es la mejor escuela!!! Un beso!!
@elisa_mamasuperplus
diciembre 20, 2018El ejemplo es vital!! Los niños son espejitos nuestros 🙂
Un abrazo!!