He viajado mucho. Sola primero, en pareja después y al tiempo, sobre todo con Telmo, que ha viajado por tierra, mar y aire desde los 4 meses; pero eso no le hace inmune al aburrimiento que supone para los un niño viajar. Supongo, digo supongo porque no es mi caso, y no creo haber visto muchos niños así en mis viajes, que hay niños que se sientan en un avión 9 horas y están tan tranquilos, pero no ha sido mi caso.
Mientras Telmo fue bebé, todo fue fácil. De hecho, para mí, viajar con bebés es lo más fácil del mundo; con Valeria fui y volví en coche sola con ella a Madrid desde San Sebastián (464km), y sólo paré 2 veces con 6 meses. Los retos empiezan, para mí, a partir de los dos años.
Durante 6 meses, cuando Telmo tenía 3 años, hicimos ida y vuelta en tren San Sebastián – Madrid al menos una vez cada 3 semanas y esto me enseñó infinidad de trucos de supervivencia, pero no todos me funcionaron, ni todos funcionaban siempre.
No pretendo aparentar que todo era perfecto. En general, mis viajes suponían un drama… iba mentalizada para ello en las 5 horas y 20 interminables minutos que tardaba el Alvia en hacer el trayecto. Por eso, la experiencia es un grado, y en mi caso, tengo una lista de trucos que funcionaban casi siempre… porque como ya se sabe, con niños todo es impredecible.
LOS «PORSIS»
Todos los porsis que enumeré en el post de “Curso a la maternidad ¡YA!” que son de supervivencia básica:
Por si se hace pipí o se mancha. Ropa de repuesto.
Por si tiene hambre. Soborno con galletas, batidos, gusanitos.
Por si tiene sed. Un litro de agua al menos. Los niños son doctorados en Ley de Murphy, si quieren agua, será justo cuando se haya acabado la botella.
Nunca olvidarme del producto estrella.
TIPS PARA LOS VIAJES
Intentar no viajar sola. Me acompañaban siempre en el viaje o mi marido o Nikola, nuestra Au-Pair que a día de hoy es una más de la familia. Nos turnábamos el cuidado del niño, y así, teníamos un momento de descanso.
Juguetes. Llevar TODO lo que en ese momento le apasione. En nuestra época alta de viajes, Telmo era fan de los dinosaurios y los coches. Llevábamos una mochila entera con todo de todo cuyo peso aproximado era de 10 kilos. Cuando se aburría, o no funcionaba, pasábamos a la siguiente fase: producto estrella.
Tener alguna sorpresa para el viaje con lo que ir sobornando al niño para que: se esté quieto/no grite/ no salte en el asiento/ no salga corriendo. En nuestro caso era el producto estrella.
Intentar que el viaje cuadre con sus horas de sueño. En nuestros varios transoceánicos siempre cogíamos los vuelos de la noche, para que no se hiciera tan pesado. En el tren, siempre íbamos en el de después de comer. Esto garantizaba al menos entre 1 y 2 horas de paz.
Paciencia… esto es lo más importante y lo que más no suele faltar.
El producto estrella, es el Ipad. Nosotros no somos de dejar a los niños el móvil y el Ipad por norma pero como es su favorito, lo usamos como recompensa, o cuando necesitamos que esté tranquilo y quieto. Es de las cosas que más le gustan, y hay en ciertos momentos en los que los niños no entienden que tienen que quedarse quietos y callados precisamente porque son niños, así nosotros usamos el producto estrella como premio.
En definitiva, para mí resume todo en las 3 S
Soborno -Tener siempre a mano ese producto estrella que (casi nunca) falla.
Sorpresa – Tener siempre ese detalle que le encanta.
Sueño – Que coincida con la siesta.
Los viajes son situaciones extremas que he tenido que sortear tanto en vacaciones como por trabajo, donde he viajado con mis hijos, así que todo esto ha hecho que desarrolle técnicas de entretenimiento y supervivencia. ¡Espero que algo os haya servido!
¡Suerte en vuestros viajes!
Patry
mayo 15, 2018Mi truco es viajar en horas de sueño. Es lo mejor para los papis y para los niños…y PACIENCIA….mucha PACIENCIA . De acuerdo 100%😊